Por Catherine Lara*
La comuna de Agua Blanca se encuentra localizada en el Parque Nacional Machalilla, provincia de Manabí. Ocupa una extensión de 55 000 hectáreas y es visitada por aproximadamente 8 000 turistas al año. Esta área del parque nacional se encuentra articulada en torno a un valle (el valle de Buena Vista), y a los montes que lo rodean. Está principalmente cubierta por vegetación caducifolia, esto es, por árboles y arbustos que pierden su follaje durante la estación seca, a manera de protección de sus raíces, poco profundas. Entre las diferentes especies vegetales originarias del lugar, se encuentran el ceibo, el cerezo y el barbasco. A nivel de la fauna, se destacan asimismo venados, monos y osos hormigueros.
Desde un punto de vista administrativo, el sector se halla bajo la custodia de la comuna de Agua Blanca. Su patrimonio arqueológico está de hecho administrado por un equipo conformado por varias familias originarias del lugar.
Las actividades de turismo arqueológico propuestas por los comuneros incluyen visitas guiadas a los diferentes sitios localizados en el parque, así como al museo arqueológico de Agua Blanca.
Se considera que cuatro señoríos manteños existieron en el área durante la época precolombina, siendo el actual sitio de Agua Blanca el lugar de asentamiento del más grande de ellos. Efectivamente, un promedio de 600 estructuras arqueológicas fueron identificadas en el sector, de las cuales se conservan esencialmente los muros, pero también hornos. Éstas se enccuentran en su gran mayoría ubicadas en las zonas húmedas de las montañas que rodean el valle inundable de Buena Vista, así como en las lomas que surgen a manera de islotes en el mismo.
Por su parte, el museo arqueológico fue fundado en 1979, en base a los hallazgos de Colin Mc Ewan, arqueólogo estadounidense quien investigó la zona hasta 1985 junto a María Isabel Silva. Las piezas expuestas en el museo constituyen una muestra de tan sólo el 30% del material excavado por Mc Ewan. Seis culturas arqueológicas han sido identificadas en el sitio, las mismas que se hallan representadas en el museo, siendo éstas Valdivia, Machalilla, Chorrera, Bahía, Guangala y Manteño. A pesar de tratarse de un espacio más bien reducido, el museo logra sin embargo presentar una síntesis arqueológica del sitio, mediante mapas, maquetas, series cronológicas, así como explicaciones en español y en inglés sobre el uso de las piezas en su contexto cultural.
El material expuesto se concentra principalmente en torno a cerámica (urnas funerarias, vasijas de uso ceremonial y doméstico), piedra (columnas, las famosas sillas manteñas en U), concha, metal, hueso, y ciertos minerales tales como la turquesa. Respecto a los diseños, predominan las representaciones de aves y felinos, entre otros. Los guías del museo sostienen la hipótesis según la cual los señoríos de la zona practicaban un comercio intensivo con otros pueblos precolombinos asentados en México, Perú y Chile, gracias a embarcaciones fabricadas a partir de madera de balsa. El objetivo de este comercio habría sido el abastecimiento en cobre, intercambiado por concha Spondylus manteña o vasijas finamente decoradas.
En resumidas cuentas, cabe resaltar que la acción de los pobladores de Agua Blanca corresponde a una serie de iniciativas emprendidas por los habitantes de diversas comunidades manabitas dentro de un esfuerzo de recuperación de su identidad precolombina. Ilustra que el manejo de los sitios arqueológicos por parte de los mismos comuneros constituye sin duda alguna una de las alternativas más viables de cara al rescate y protección de nuestro patrimonio arqueológico, por lo cual se trata de una modalidad que amerita ser promovida desde todo punto de vista, arquelógico más particularmente.
*Publicado en la Sección Museos del Portal Arqueología Ecuatoriana (2007)
*Publicado en la Sección Museos del Portal Arqueología Ecuatoriana (2007)
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